La película en sí supuestamente nos cuenta la historia de 3 hermanas que adoptan a su hermanastra (una adolescente) después de que su padre, al que no veían desde hace unos años fallezca. Sus frustraciones, sus ilusiones... Pero no, no trata de eso, no es un melodrama de situaciones más.
En realidad, la película habla de la capacidad del ser humano de
disfrutar la belleza, de que el hombre es un ser mas en la dinámica de la tierra, es bello por su existencia, hay belleza y puede disfrutarla en sus actos cotidianos en la naturaleza, en la comida (no paran de comer..), en sus relaciones... Esa idea es el telón de fondo, y el vestido de la película el resto es sólo una trama para que veamos al ser humano danzar al ritmo de las estaciones y las etapas de su vida.
Se hará explícita esta idea, en boca de un personaje secundario que está en los últimos días de su vida "Qué alegría haber podido disfrutar de la belleza hasta mis últimos días" Ahí está de alguna manera el espíritu central de toda la
película de Koreeda.
No penseis que hacen cosas extraodinarias, lo que consigue Koreeda es cambiar nuestra mirada, y que una tradición que mantienen desde los abuelos de hacer licor con las ciruelas de un árbol del jardín se convierte en la metáfora perfecta de lo pequeñas que son nuestras vidas, pues ya lo hicieron antes, y lo harán después.
El despertar de Suzu, la hermana pequeña, a su adolescencia, al disfrute de la vida, a sentir el cariño de sus hermanas es un goce maravilloso expuesto con una sensibilidad maravillosa, la escena del tunel de cerezos y de los fuegos artificiales es una maravilla.
Se podría analizar también el tema de la resignación con que viven muchos de los personajes; o el de la tradición, las culpas que arrastramos por la vida de otros pero no, no está ahí el centro.
Como en la anterior película que vimos "Still Walking"(critica aquí) Koreeda tiene unos guiones maravillosos, en los que va dosificandonos la información lentamente, enredada en conversaciones cotidianas, sin parones discursivos ni escenas explicativas, así el ritmo de la película no para, y nos sigue arrullando, la vida, las estaciones, como el mar que va y viene y siempre está ahí, y aunque todo cambie, quizás nada cambia.
Y para terminar otra escena maravillosa en que las 4 hermanas encienden por las fiestas unas bengalas, en Japón, ese acto que se repite mucho en las fiestas, simboliza nuestras vidas, que duran muy, muy poco, pero pueden ser brillantes y alegres.. y despertar una sonrisa.
Muchas gracias Koreeda, peliculas así nos hacen mas sensibles, mas amables, mejores.
Es con esta imagen en la retina con la que me quedo, vivamos, brillemos.